Hacer operativos los principios aparejados a
cada una de las dimensiones de la sustentabilidad (ecológica, social, económica
y política) no es tarea sencilla. ¿Recuerdas
las conclusiones a las que llego Garret
Hardin, acerca del proceso de deterioro al que están expuestos los bienes
comunes? Pues bien, el medio ambiente es un bien difuso que pertenece a todos,
pero nadie en particular, Esta característica es la que lo hace tan vulnerable
y al mismo tiempo dificulta su defensa y adecuada gestión.
En
las últimasdécadas, frente a la dimensión que ha cobrado la problemática
ambiental, se ha desarrollado una seria de instrumentos para que el Estado, la ciudadanía
y las organizaciones asuman un rol protagónico en la gestión del medio
ambiente.
Como
te habrás dado cuenta, siempre que hablamos de temas ambientales, existe una confrontación
entre una visión dominante y pragmática, que incorpora al ambiente como una
variable más del sistema económico; y otra mucho más integral que lo coloca
como una prioridad, y que obliga a replantear las bases sobre las cuales se
edifica el sistema económico social.
Esto
mismo sucede con el concepto de gestión ambiental.
Por
lo regular, los gobiernos, empresas, políticos, y medios informativos, suelen
definir la gestión ambiental como un conjunto de medidas de tipo pragmático y técnico
para evitar, minimizar, o en última instancia, reparar el daño al medio
ambiente. Bajo esta idea, la gestión ambiental implica seguir con los planes de
desarrollo o crecimiento económico convencionales, pero incorporando un
conjunto de acciones para tornarlos sostenibles,
previniendo o minimizando los daños. De ninguna manera se contempla una revisión
de las propias bases o ideas sobre las cuales se sustentan los modelos actuales
de desarrollo; mucho menos se contempla la idea de frenar el crecimiento económico.
Esta noción, por desgracia es la que prevalece en muchas de las legislaciones, normativas
de carácter nacional e internacional; es, por decirlo así; la visión dominante.
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Bajo
este enfoque, es la sociedad civil sus organizaciones, más que el Estado o las
empresas, quien debería de liderar el proceso de gestión ambiental. Para ello
se requiere de generar modelos de gestión en los que la ciudadanía, en un contexto
de democracia participativa y a través de instancias vinculantes, impulse las políticas
ambientales del gobierno y regule la actividad privada conforme a los intereses
del bien común y un medio ambiente sano.
Si
bien este tipo de modelos de gestión no han podido ser implementados a nivel de
país o región, existen experiencias muy interesantes a nivel local que
demuestran la viabilidad y efectividad de este tipo de propuesta.
Toda la informacion proviene del libro: Ciencia Tecnologia Sociedad y Valores I su autor es :José Alvaro Hernández Flores de la editorial Book Mart Mexico.
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